¿Qué es el síndrome facetario cervical?
El síndrome facetario cervical es una causa frecuente de dolor en el cuello, originado en las articulaciones facetarias que unen las vértebras cervicales.
Cuando estas articulaciones se inflaman o degeneran, provocan dolor localizado o irradiado hacia la cabeza, los hombros y la parte alta de la espalda.
Síntomas del síndrome facetario cervical
Los pacientes suelen presentar:
- Dolor en la parte posterior del cuello, que empeora con ciertos movimientos.
- Rigidez cervical, sobre todo por la mañana o tras periodos de reposo.
- Dolor que puede irradiar hacia la cabeza, generando cefalea cervicogénica.
- En algunos casos, molestias en hombros y parte alta de la espalda.
👉 A menudo se confunde con hernia cervical o contracturas musculares, por lo que un diagnóstico especializado es fundamental.
Diagnóstico del síndrome facetario cervical
El diagnóstico se basa en una exploración clínica detallada y pruebas complementarias:
- Resonancia magnética: para descartar hernias u otras lesiones estructurales.
- Ecografía musculoesquelética de alta resolución: permite visualizar la articulación facetaria y guiar infiltraciones.
- Bloqueo diagnóstico ecoguiado: infiltración controlada en la articulación facetaria para confirmar la causa del dolor.
Tratamiento del síndrome facetario cervical
Tratamiento conservador
- Medicación analgésica y neuromoduladora.
- Ejercicios específicos de movilidad y fisioterapia complementaria.
Infiltraciones ecoguiadas
El tratamiento más eficaz consiste en infiltrar anestésico y corticoide en la articulación facetaria bajo control ecográfico.
👉 Es una técnica precisa, segura y con resultados rápidos.
Terapias avanzadas
- Radiofrecuencia de ramas mediales: indicada en casos crónicos, para modular el dolor de forma duradera.
- Terapias regenerativas (PRP y citoquinas): favorecen la recuperación de los tejidos articulares.
Conclusión
El síndrome facetario cervical es una causa habitual de dolor de cuello y cefalea cervicogénica.
Con un diagnóstico preciso mediante ecografía y bloqueos diagnósticos, y tratamientos avanzados como infiltraciones ecoguiadas, radiofrecuencia y terapias regenerativas, es posible controlar el dolor y mejorar la calidad de vida.