Síndrome de Piernas Inquietas: un diagnóstico olvidado con solución sencilla

¿Qué es el Síndrome de Piernas Inquietas?

El Síndrome de Piernas Inquietas (SPI) es un trastorno neurológico caracterizado por una necesidad irresistible de mover las piernas, generalmente acompañada de sensaciones molestas como hormigueo, calambres, dolor difuso o una inquietud profunda.

Los síntomas:

  • Aparecen en reposo.

  • Se intensifican por la tarde y la noche.

  • Mejoran temporalmente con el movimiento.

Aunque es relativamente frecuente, sigue siendo un diagnóstico olvidado. Muchos pacientes pasan años consultando a distintos médicos sin respuesta, a pesar de que el diagnóstico es sencillo con una historia clínica bien dirigida.


Diagnóstico clínico del SPI

El diagnóstico del Síndrome de Piernas Inquietas es fundamentalmente clínico y se basa en cuatro criterios principales:

  1. Necesidad urgente de mover las piernas, acompañada de molestias o incomodidad.

  2. Aparición o empeoramiento de los síntomas en reposo o inactividad.

  3. Alivio parcial o total con el movimiento.

  4. Empeoramiento en las horas de la tarde y la noche.

No se necesitan pruebas invasivas para diagnosticarlo, pero es imprescindible pensar en él y escucharlo en la consulta.


Estudios complementarios para confirmar el diagnóstico

Aunque el diagnóstico es clínico, existen herramientas útiles para confirmar el SPI y descartar otros trastornos:

Actigrafía

Un pequeño dispositivo que mide la actividad motora durante el sueño y registra movimientos repetitivos de las piernas.

Electromiografía (EMG) y estudios de conducción nerviosa

Sirven para descartar neuropatías periféricas que pueden simular los síntomas del SPI.

Videopolisomnografía

Un estudio avanzado del sueño que registra los movimientos de las piernas durante la noche y diferencia el SPI de otros trastornos del sueño.


El papel del metabolismo del hierro

El hierro juega un papel clave en el Síndrome de Piernas Inquietas. Muchos pacientes presentan:

  • Niveles bajos de ferritina.

  • Alteraciones en la transferrina.

  • Hierro sérico disminuido, incluso con hemoglobina normal.

Por ello, siempre debe solicitarse una analítica específica con ferritina sérica, saturación de transferrina y capacidad de fijación del hierro.
Un déficit de hierro, aunque no exista anemia, puede ser el desencadenante del SPI.

En estos casos, la suplementación con hierro suele mejorar de forma clara los síntomas.


Tratamiento del Síndrome de Piernas Inquietas

La buena noticia es que el SPI tiene una respuesta excelente al tratamiento:

  • Fármaco específico: actúa de forma rápida y eficaz, reduciendo o eliminando los síntomas.

  • Corrección del déficit de hierro: cuando existe, la suplementación es clave para una mejoría sostenida.

El resultado suele ser una mejoría significativa en la calidad del sueño y en la vida diaria del paciente.


Conclusión: pensar en el diagnóstico cambia vidas

El Síndrome de Piernas Inquietas es más común de lo que parece, fácil de diagnosticar y con tratamientos altamente eficaces. Sin embargo, sigue siendo subdiagnosticado y muchos pacientes sufren innecesariamente durante años.

El mensaje clave es claro: hay que pensar en el diagnóstico.
Si presentas molestias en las piernas, sobre todo por la noche, con alivio al moverte y empeoramiento en reposo, puede tratarse de SPI.

Con una historia clínica detallada, una analítica de hierro y estudios del sueño cuando sean necesarios, se puede ofrecer una solución sencilla y duradera.

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