¿Qué es el Síndrome de Tietze?
El Síndrome de Tietze es una causa poco frecuente de dolor torácico localizado, producido por la inflamación de uno o varios cartílagos costales (generalmente en la unión con el esternón).
A diferencia de otros problemas cardíacos o pulmonares, se trata de una patología benigna, pero puede generar dolor intenso y preocupación en el paciente.
Síntomas del Síndrome de Tietze
El dolor suele presentarse en la parte anterior del tórax, en un punto muy concreto, y puede aumentar con determinados movimientos o la palpación. Los síntomas más habituales son:
- Dolor localizado en la unión costocondral o esternocostal.
- Sensibilidad al tacto, con dolor al presionar sobre la zona inflamada.
- Enrojecimiento o hinchazón leve en algunos casos.
- Dolor que puede irradiar hacia el hombro o el brazo, confundiendo al paciente con un problema cardíaco.
Diagnóstico del Síndrome de Tietze
El diagnóstico es clínico y requiere experiencia para diferenciarlo de otras causas graves de dolor torácico.
Las pruebas complementarias (radiografía, resonancia o analítica) suelen ser normales, pero son útiles para descartar:
- Infarto de miocardio o angina de pecho.
- Patología pulmonar.
- Costocondritis (similar, pero sin inflamación visible del cartílago).
La clave está en reconocer que se trata de un dolor benigno, aunque muy molesto y limitante.
Tratamiento del Síndrome de Tietze
El objetivo es controlar la inflamación y aliviar el dolor:
Tratamiento médico
- Analgésicos y antiinflamatorios adaptados a cada paciente.
- Neuromoduladores en casos de dolor persistente.
Infiltraciones ecoguiadas
- Inyección local de anestésico y corticoide para reducir la inflamación.
- Procedimiento seguro, rápido y con gran efectividad en casos rebeldes.
Terapias regenerativas
- Plasma Rico en Plaquetas (PRP) y ozono médico, con capacidad antiinflamatoria y de reparación tisular.
Conclusión
El Síndrome de Tietze no es una enfermedad grave, pero sí puede afectar de manera importante a la calidad de vida por su dolor persistente y su confusión con problemas cardíacos.
Con un diagnóstico adecuado y un tratamiento personalizado, es posible controlar el dolor y recuperar la tranquilidad.