Desvelando los misterios del sistema neuromuscular con el electromiograma
El electromiograma (EMG) se ha establecido como una herramienta diagnóstica invaluable en el campo de la neurología y la medicina del dolor. A través de la evaluación directa de la actividad eléctrica tanto en los nervios periféricos como en los músculos, el EMG proporciona una ventana única al funcionamiento interno del sistema neuromuscular.
Esta prueba es particularmente útil para desentrañar la etiología de una amplia gama de síntomas neuromusculares, que van desde parestesias inespecíficas como hormigueos y cosquilleos hasta manifestaciones más alarmantes como la debilidad muscular progresiva y los dolores quemantes o en forma de calambres.
En este video, el Dr. Miguel García Bellón, desglosa el proceso y la importancia del electromiograma (EMG) en la neurofisiología como herramienta fundamental para entender y tratar diversas afecciones neuromusculares, garantizando un enfoque detallado y personalizado para cada paciente.
El valor diagnóstico del EMG radica en su capacidad para diferenciar entre diversas patologías que pueden presentar síntomas similares. Por ejemplo, la compresión de un nervio, como en el síndrome del túnel carpiano o la neuropatía del nervio cubital, puede producir síntomas que se solapan con aquellos de las radiculopatías cervicales o lumbares, donde la raíz del problema se encuentra en la compresión de las raíces nerviosas a nivel de la columna vertebral. Además, el EMG puede identificar patologías sistémicas como las polineuropatías, comunes en enfermedades metabólicas como la diabetes, donde el daño es más difuso y afecta a múltiples nervios periféricos.
El procedimiento del EMG, aunque puede ser ligeramente incómodo debido a la necesidad de introducir agujas en el tejido muscular y la aplicación de estímulos eléctricos durante la neurografía, generalmente es bien tolerado por los pacientes. La molestia experimentada puede variar considerablemente de un individuo a otro, influenciada por el umbral de dolor personal, el estado de relajación durante el examen y, no menos importante, la habilidad y experiencia del profesional que realiza el estudio.
En cuanto a los pacientes que se encuentran bajo tratamiento con anticoagulantes, es reconfortante saber que, en la mayoría de los casos, no es necesario interrumpir la medicación antes del estudio. Sin embargo, es prudente estar preparado para la posibilidad de hematomas en los sitios de inserción de las agujas, un riesgo que puede ser minimizado mediante técnicas cuidadosas y la aplicación de presión inmediata después de la retirada de la aguja.
En resumen, el EMG es un pilar en el diagnóstico de condiciones neuromusculares, ofreciendo información detallada y específica que es fundamental para la formulación de un plan de tratamiento adecuado. Su capacidad para proporcionar una visión directa de la función neuromuscular lo convierte en un recurso indispensable en la medicina contemporánea.
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