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Potenciales evocados visuales: prueba que revela mucho

15 mayo 2025

Los potenciales evocados visuales detectan daños en el nervio óptico y ayudan a diagnosticar enfermedades neurológicas de forma precoz.

Una técnica rápida y objetiva que permite saber si hay daño en el nervio óptico, incluso antes de que se note

Cada vez más pacientes acuden a consulta con visión borrosa, destellos, fatiga visual o pérdidas transitorias que no se explican solo desde el ojo. En estos casos, el problema no está en la córnea ni en la retina, sino en los nervios que llevan la señal visual al cerebro. El uso de potenciales evocados visuales (PEV) permite detectar estos fallos de conducción nerviosa antes incluso de que aparezcan síntomas clínicos visibles. Es una herramienta sencilla, no invasiva, pero con un valor diagnóstico enorme, sobre todo en enfermedades desmielinizantes como la esclerosis múltiple, aunque no se limita solo a ella.

¿Qué son los potenciales evocados visuales?

Los potenciales evocados visuales (PEV) miden cómo responde el cerebro a estímulos visuales. Se coloca al paciente frente a una pantalla con un patrón en forma de tablero de ajedrez que cambia de forma repetitiva. Mientras esto ocurre, unos electrodos en el cuero cabelludo recogen la actividad eléctrica que viaja desde la retina hasta el lóbulo occipital, pasando por el nervio óptico. Lo que más interesa es la latencia y forma de la onda P100, ya que cualquier retraso o pérdida de intensidad puede indicar un problema en la conducción nerviosa.

Qué información aporta el PEV

El PEV permite evaluar tres aspectos clave:

  • Latencia de la onda P100: si llega tarde, suele haber una alteración por desmielinización.

  • Amplitud: si es baja, podría haber daño axonal o pérdida de neuronas.

  • Simetría entre ambos ojos: muy útil para detectar afectaciones unilaterales que aún no causan síntomas evidentes.

Es una prueba objetiva, indolora y rápida, ideal para obtener información clara sin depender solo de lo que el paciente siente.

Mucho más que esclerosis múltiple

Aunque muchos relacionan el PEV solo con la esclerosis múltiple, su utilidad clínica es mucho más amplia. Puede ayudar a aclarar muchos diagnósticos:

1. Esclerosis múltiple (EM)

  • Es uno de los criterios diagnósticos del protocolo de McDonald.
  • Detecta lesiones antiguas, incluso en pacientes sin síntomas visuales.
  • Permite apoyar el diagnóstico en casos complejos o atípicos.

2. Neuritis óptica

  • Puede deberse a EM, pero también a infecciones (herpes, sífilis), tóxicos (metanol), autoinmunes (neuromielitis óptica) o eventos isquémicos.
  • El PEV ayuda a diferenciar entre causa oftalmológica o neurológica.

3. Seguimiento de enfermedades neurológicas

  • Útil para monitorizar la evolución de enfermedades como lupus, EM o enfermedades mitocondriales que afectan la vía visual.

4. Valoración médico-legal

  • Aporta datos objetivos en casos de litigio, accidente, secuelas laborales o sospecha de simulación.

 

¿Por qué es tan eficaz?

  • No se puede fingir: La respuesta eléctrica es objetiva. No depende de la voluntad del paciente.
  • Es precoz: Puede detectar daño incluso antes de que haya síntomas clínicos.
  • Es inocua y económica: Sin radiación, sin contraste, sin agujas. Ideal para cribado o revisiones periódicas.
  • Es complementaria: Se interpreta junto con resonancia magnética, fondo de ojo o analítica para un diagnóstico más completo.

El PEV no sustituye otras pruebas, pero da una pista clave sobre si el problema está en el nervio óptico o más allá”, afirma el Dr. Miguel García Bellón, especialista en neurofisiología clínica.

¿Un PEV normal descarta enfermedad?

No siempre. Un resultado normal indica que no hay alteración detectable en la conducción visual, pero no descarta otras causas de pérdida visual o síntomas neurológicos. Lo importante es que el PEV permite orientar mejor el siguiente paso:

  • Si es normal, y el fondo de ojo también, hay que pensar en otras áreas del sistema nervioso.

  • Si es anormal, el daño en el nervio óptico queda objetivado y localizado.

Los potenciales evocados visuales son una herramienta poderosa para aclarar síntomas visuales sin causa aparente. En manos expertas, permiten confirmar o descartar enfermedades como la esclerosis múltiple, la neuritis óptica o lesiones ocultas. Todo en menos de una hora, sin dolor, y con un alto valor diagnóstico. Una prueba sencilla que puede cambiarlo todo.


¿Tienes visión borrosa o molestias visuales sin un diagnóstico claro? ¿Buscas un profesional en potencial evocado visual en Madrid o Toledo?

Escríbenos y te ayudamos a saber si el PEV puede darte respuestas.

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